domingo, 23 de agosto de 2009

Desarrollo Emocional

El niño en la preadolescencia tiene la noción de ser demasiado joven o demasiado viejo para ciertas cosas, lo que produce altibajos emocionales. Estos pueden tomar la forma de berrinches, estallidos de llanto, épocas de ensueño, descuidos, expresiones de aburrimiento, susceptibilidad.
Las emociones no parecen cambiar mucho a través de la vida en lo relacionado con los sentimientos íntimos y los cambios corporales, pero sí hay muchos cambios en los estímulos que producen emoción y en las reacciones evidentes que se producen de acuerdo con el estado emocional de cada uno. Esta falta de autocontrol se debe a los cambios hormonales que sufre el organismo, donde sustancias químicas son producidas por sus glándulas para adelantar el desarrollo hacia la madurez sexual.


Las profundas transformaciones del metabolismo hormonal y las perturbaciones del equilibrio físico traen como consecuencia grandes cambios en la vida afectiva, destacando una gran excitabilidad caracterizada por:
  • Predisposición a las emociones: tendencia a los arrebatos de ira y cólera, indignación e impaciencia, irritación y hostilidad, etc.
  • Aumento de la tensión nerviosa: manifestada en diversos hábitos como morderse las uñas, chuparse el pulgar, morderse los labios.
  • Aumento de la labilidad afectiva: exposición a estados afectivos extremos.

Algunas características que también se presentan en esta etapa son:

  • Gran intensidad de emociones y sentimientos.
  • Hay desproporción entre el sentimiento y su expresión.
  • Las manifestaciones externas son poco controladas y se traducen en tics nerviosos, muecas, refunfuños, gestos bruscos, gritos extemporáneos.
  • Pasa con facilidad de la agresividad a la timidez.

Es difícil establecer si la adolescencia es o no un periodo de mayor inestabilidad emotiva, pero nada impide reconocer la riqueza emotiva de la vida del adolescente y su originalidad.
La sensibilidad avanza en intensidad, amplitud y profundidad. Las circunstancias del adolescente, como la dependencia de la escuela, del hogar, le obligan a rechazar hacia el interior las emociones que le dominan. De ahí la viveza de su sensibilidad: al menor reproche se le verá frecuentemente rebelde, colérico. Por el contrario, una manifestación de simpatía, un cumplido que recibe, le pondrán radiante, entusiasmado, gozoso. El adolescente es variado en su humor.

En esta etapa el adolecente presenta estas características:

  • Se preocupan más por su imagen física, la manera como se ven y por su ropa.
  • Se centran más en su persona y pasan por períodos de muchas expectativas y períodos de falta de confianza en sí mismos.
  • Cambian de humor.
  • Se interesan más por los jóvenes de su misma edad y sienten más su presión.
  • Muestran menos afecto hacia sus padres. Puede que en ocasiones se muestren rudos y con mal genio.
  • Sienten ansiedad debido a los retos que les impone el trabajo escolar.
  • Puede que enfrenten problemas de alimentación, un trastorno que puede comenzar a esta edad.

Bibliografía

Papalia, W. y D. (2005). Desarrollo Humano. 9º Edición en español. México.
CENTRO REGIONAL DE AYUDA TÉCNICA. “El comienzo de la adolescencia, su hijo en la preadolescencia”. Folleto. México, 1973. 21 Pág.

L. CARMICHAEL y otros. “Psicología de las edades, de la vida fetal a la madurez”. Libro. Buenos Aires, 1967. 158 Pág.
REVISTA DE CIENCIAS SOCIALES. Universidad Costa Rica. Nº 66. Diciembre, 1994. 125 Pág.

Nociones de Psicología, Telmo Salinas García, Ed Adunk SRL, Lima (Perú) 2003
Psicología, Ubaldo Chueca sdb, Ed. Salesiana, Lima (Perú)

Una Psicología hoy, Enrique Cerdá, Ed. Herder, Barcelona (España)

Pensamiento Critico

La información a la que hacen mención los autores anteriormente es de suma importancia ya que cada etapa en el niño produce un cambio en sus emociones. Citando a los autores mencionados la madurez emocional puede depender de logros como el descubrimiento de la propia identidad, independizarse de los padres, desarrollar un sistema de valores y la formación de relaciones.

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